Los bancos belgas dicen no a las  armas nucleares

09.07.2021

Las instituciones financieras belgas lideraron el camino contra las inversiones en municiones de racimo, y ahora están dispuestas a hacer lo mismo con las armas nucleares. Tres importantes instituciones financieras belgas -KBC Bank, VDK Bank y De Groof Petercam Asset Management (DPAM)- han citado el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares (TPAN) como razón para poner fin a las inversiones en empresas asociadas a la producción de armas nucleares.

La medida es especialmente significativa porque Bélgica es un país que no se ha adherido al TPAN y, de hecho, incluso alberga armas nucleares estadounidenses en la base aérea de Kleine Brogel. Sin embargo, la población belga se opone desde hace tiempo a esta práctica, y ahora el sector financiero toma nota.

Tras la aprobación del TPAN en las Naciones Unidas en 2017, el banco KBC decidió modificar proactivamente sus criterios de exclusión para evitar futuras inversiones en empresas asociadas a las armas nucleares. La política emitida en 2018 incluye explícitamente en la lista negra a las empresas que participan en la producción y/o el desarrollo de "armas nucleares prohibidas por el TPAN de 2017". Cuando el Tratado de la ONU entró en vigor a principios de este año, KBC anunció que su política está totalmente en línea con él.

DeGroof Petercam Asset Management abordó el tema actualizando su política de actividades controvertidas en marzo. En ella reconoce que Bélgica no es signataria de la prohibición nuclear, pero "el que la financiación de armas nucleares no esté prohibida por la ley en Bélgica no significa que DPAM, como inversor, no deba cuestionarse si tales inversiones son éticamente sensibles".

También operan en el mercado belga el VDK Spaarbank  y Triodos Bank, ambos conocidos como bancos éticos o sostenibles, que también han emitido políticas claras contra la inversión en cualquier cosa que tenga que ver con las armas nucleares. A principios de este año, cuando entró en vigor el tratado de la ONU, VDK anunció su enfoque de tolerancia cero hacia las armas inhumanas con una campaña publicitaria: "¿Prefieres invertir en tu ciudad que en armas nucleares? Nosotros también".

Estas instituciones financieras belgas reconocen que, según las encuestas, más del 77% de los belgas quieren que su Gobierno se adhiera al tratado de prohibición nuclear de la ONU. El Gobierno actual también reconoce que este tratado "podría dar un nuevo impulso al desarme nuclear multilateral".

El sector financiero belga ha desempeñado un papel destacado en el fin del apoyo financiero a las empresas implicadas en la producción indiscriminada de armas. Antes de que entrara en vigor el Tratado mundial que prohíbe las municiones de racimo, el parlamento belga promulgó una ley que prohíbe cualquier forma de financiación de  empresas relacionadas con la producción de municiones de racimo.

Hay algunas cosas que los belgas hacen realmente bien: las patatas fritas, los chocolates y el fin de las relaciones financieras con el sector armamentístico. Es sólo cuestión de tiempo que el Gobierno se ponga a la altura del sector financiero.

Noticia ICAN