Caminando por la dignidad contra un delito cada vez más lucrativo y conectado

08.02.2023

La esclavitud siempre ha estado presente en la historia de la humanidad. Ningún país del mundo es inmune a la trata de personas. Se encuentra en los tres primeros puestos de crímenes transnacionales -junto al tráfico de drogas y el de armas- y se estima que puede llegar a ser el primero en esta década por las ganancias y los beneficios económicos que reporta [1]. Es un delito global de las redes de trata y, a la vez, es un delito conectado con otros, como el secuestro, las desapariciones, la falsificación de documentos, la violencia física y psicológica, la corrupción, o el tráfico de drogas.

En 2018, Global Slavery Index [2] registra en España 105.000 personas esclavas entre los 50 millones que hay en el mundo. En 2021, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) refería estas mismas cifras.

Las crisis agravadas de los últimos años -entre las que se encuentran el COVID-19, el cambio climático y los conflictos armados- han provocado una perturbación del empleo y la educación, un aumento de la pobreza extrema y de la migración forzosa en condiciones de inseguridad, así como un incremento de las denuncias de violencia de género, lo que contribuye a elevar el riesgo de todas las formas de esclavitud moderna. Como suele ocurrir, las personas más afectadas son las que ya se encontraban en situación de mayor vulnerabilidad: víctimas de exclusión social, trabajadoras de la economía informal, migrantes irregulares o carentes de protección y quienes son objeto de discriminación [3].

En este contexto y desde la Iglesia católica, la novena Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas es una invitación a caminar hacia la recuperación de su dignidad con ojos atentos, corazón sensible y mano pronta durante el viaje:

  • Caminar con ojos abiertos para reconocer los procesos que llevan a millones de personas a la explotación.
  • Caminar con un corazón atento para descubrir los esfuerzos de miles de personas que buscan su derecho al respeto y disfrute de la dignidad como seres libres. Descubrir también el ser de Dios en la oración y la invitación a caminar con la esperanza de no dejar a nadie atrás, y promover acciones contra estas situaciones de injusticia y maltrato. Un primer paso es la denuncia de los diversos casos de trata de personas que pudiéramos identificar en nuestro entorno: empleadas del hogar obligadas, ofertas de trabajo que terminan en explotación sexual, explotación laboral, trabajo forzoso, secuestro de menores, pornografía infantil, etc.
  • Caminar mano a mano para construir una cultura de encuentro que teja sociedades inclusivas, capaces de desenmascarar estereotipos y proteger los derechos de cada persona.

El marco de esta Jornada es la celebración del día de Sta. Josefina Bakhita, el 8 de febrero, patrona de las personas que sufren la lacerada violencia de la trata, de la que ella misma fue sujeto, y que tuvo vital importancia en su conversión y en el ejemplo de su camino hacia la liberación y plenitud.

Todas las formas de injusticia necesitan un proceso de restauración de la dignidad de las víctimas. Es fundamental caminar conjuntamente con las diferentes culturas, tradiciones religiosas y generaciones para buscar el regalo que cada persona es frente a su reducción a objeto comercial.

La esclavitud representa la antítesis de la justicia social y el desarrollo sostenible.


Fidel García, Justicia y Paz Madrid
Montse Serrano, Justicia y Paz Segovia

Materiales de la Jornada en España


[1] Delito de trata de personas. Un análisis de derecho comparado desde la perspectiva Mexicana.

[2] Global Slavery Index: https://www.globalslaveryindex.org/

[3] Estimaciones mundiales sobre la esclavitud moderna. Trabajo forzoso y matrimonio forzoso, OIT.