COP15 Biodiversidad: Impedir el colapso de relaciones entre especies que garantizan la vida en un planeta habitable
Del 7 al 19 de diciembre se celebra en Montreal la 15ª Conferencia de las Partes (COP) de la Convención de la Diversidad Biológica (CDB) de Naciones Unidas.
Los informes del IPBES (Panel Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas, equivalente al IPCC de cambio climático) relacionan el impacto de las actividades humanas sobre la degradación de los ecosistemas y las consecuencias para el planeta, incluyendo a la especie humana.
El crecimiento de la economía global produce pérdida de biodiversidad y ésta, a su vez, compromete a la economía global. El informe del Foro Económico Mundial de 2020 recoge que 44 billones dólares -más de la mitad del PIB mundial total- dependen de forma moderada o elevada de la naturaleza y sus servicios.
Aunque es cierto que la Cumbre sobre Biodiversidad no está tan presente en la agenda política, es miope ignorar que junto al cambio climático hay otras importantes fuerzas motrices de pérdida de la naturaleza, como los cambios en los usos del suelo y del mar, el uso y explotación de los recursos naturales, la contaminación y las especies exóticas invasoras, y que es importante actuar de la forma más integral posible porque todo ello está relacionado en el complejo tejido natural del planeta.
Ecologistas en Acción señala ocho reivindicaciones para lograr un marco global post-2020 justo y efectivo:
1. Poner el foco en atacar las causas subyacentes en lugar de centrarse en la simple declaración de áreas protegidas.
2. Renunciar a sistemas de compensación tipo "ganancia neta", "pérdida neta cero" o "soluciones basadas en la naturaleza". Estos mecanismos están impulsados por los lobbies empresariales y se utilizan para compensar daños irreversibles a la biodiversidad o promover el lavado verde.
3. Justicia histórica bajo un enfoque basado en las Responsabilidades Comunes pero Diferenciadas (CBDR) según la contribución a la crisis.
4. Marcos reguladores para alinear los flujos financieros con la conservación de la biodiversidad y eliminación de incentivos perjudiciales.
5. Exigir Planes Nacionales Estratégicos que integren la biodiversidad en todas las políticas sectoriales.
6. Mecanismos de control y regulación para las empresas.
7. El respeto pleno a los derechos de los pueblos originarios y las comunidades locales.
8. Aplicar el principio de precaución a la biotecnología y descartar la liberación de organismos con impulsores genéticos (OIG), diseñados para propagar en la naturaleza modificaciones genéticas creadas en el laboratorio.
Montse Serrano, secretaría técnica CGJP