Cuidar de nuestra casa común, cuidarnos mutuamente

27.11.2025

La COP 30, celebrada en Belém do Pará, trajo consigo renovadas interpelaciones por todo lo que fue la materialización del compromiso con los cambios necesarios, pero también por lo que no se pudo lograr. En lo que se expresó en el documento final y en lo que se omitió debemos encontrar una inspiración renovada para proteger la casa común y garantizar la dignidad de las personas más vulnerables.

Recientemente, el papa León XIV recordó:

«Hermanos y hermanas, si no somos guardianes del jardín de la creación, acabaremos convirtiéndonos en sus destructores. Invoquemos al Espíritu para que nos ayude a cuidar, con la misma fe, de nuestra casa común y de nuestro corazón» (Audiencia General 19.11.2025).

Estas palabras no pueden dejar de resonar en el corazón de todos la comunidad cristiana y de todas aquellas personas que se preocupan por nuestro futuro común. El compromiso con el cuidado de la casa común y con el cuidado del ser humano, prestando especial atención a los más frágiles, debe ser, por tanto, una urgencia en la forma en que construimos nuestras sociedades.

En este sentido, la Comisión Nacional Justicia y Paz de Portugal hace un llamamiento y exhorta:

A la adopción de estilos de vida más sobrios y solidarios, con acciones concretas para reducir el desperdicio y el consumo.

La construcción de eco-comunidades cristianas, parroquias, escuelas y movimientos capaces de combinar la oración y la acción, buscando asumir el testimonio profético de que el camino de la sostenibilidad es posible y necesario.

El desarrollo de políticas públicas justas y equilibradas, dando prioridad al apoyo a quienes son más vulnerables.

Cuidar la creación es una expresión del mandamiento del amor. Al proteger el medioambiente, defendemos la vida, especialmente la de las comunidades más expuestas a los efectos climáticos. La justicia climática es inseparable de la justicia social.

En este tiempo que sigue a la COP 30, se nos invita a abrir, con urgencia, un nuevo ciclo de acción, asumiendo cada uno sus responsabilidades en el cuidado de toda la creación, la construcción de la paz y la promoción del bien común.

Comisión Nacional de Justicia y Paz de Portugal

Noticia en la archidiócesis de Braga