Llamamiento conjunto con motivo del Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares

26.09.2025

Las Naciones Unidas, fundadas hace 80 años, afirmaron el desarme nuclear como una prioridad máxima en su primera resolución, A/Res/1(1). En 2013, frustrada por la falta de avances, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 26 de septiembre Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares (A/Res/68/32). Este día internacional sirve para sensibilizar y educar al público sobre la amenaza que representan las armas nucleares para la humanidad y la necesidad de su eliminación total. Cada año, el 26 de septiembre, la ONU también celebra una reunión de alto nivel de los líderes mundiales para debatir «medidas urgentes y eficaces» con el objeto de lograr el desarme nuclear mundial.

La elección de esta fecha no es arbitraria: una de las muchas ocasiones en las que la humanidad estuvo peligrosamente cerca de una guerra nuclear fue el 26 de septiembre de 1983, en pleno apogeo de la Guerra Fría. Se evitó por poco una guerra nuclear cuando el coronel Stanislav Petrov, oficial de guardia en una instalación rusa de alerta temprana nuclear, incumplió el protocolo al no confirmar al mando superior un aparente ataque con misiles balísticos procedente de Estados Unidos (que más tarde se confirmó que era una falsa alarma). Dos años más tarde, los países al borde del abismo declararon conjuntamente que «una guerra nuclear no se puede ganar y nunca debe librarse». Este compromiso se ha reafirmado en los años transcurridos, entre otras cosas en una declaración de los Estados del P-5 en 2022 y en el Pacto para el Futuro adoptado por consenso en la Cumbre del Futuro de las Naciones Unidas (septiembre de 2024).

Sin embargo, hoy en día el riesgo de una guerra nuclear por accidente, error de cálculo, escalada de crisis o intención maliciosa es mayor que nunca, con el Reloj del Juicio Final más cerca de la medianoche que en 1983. El uso de armas nucleares por cualquiera de los nueve Estados con armas nucleares o sus aliados nucleares tendría consecuencias catastróficas para la humanidad, la economía y el medio ambiente. El uso de solo una pequeña fracción de las 12 500 armas nucleares que hay en los arsenales mundiales podría acabar con la vida tal y como la conocemos. Además, los 100 000 millones de dólares que se gastan anualmente en armas nucleares son muy necesarios para apoyar el establecimiento de la paz, la protección del medio ambiente y otras necesidades urgentes de la humanidad y del planeta, tal y como se expresa en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

La mayor corte del mundo,  la Corte Internacional de Justicia, afirmó que la amenaza y el uso de armas nucleares son, en general, ilegales y que existe una obligación universal por parte de los Estados de negociar de buena fe para lograr un desarme nuclear completo. Los Estados que actualmente dependen de las armas nucleares para su seguridad tienen la obligación de sustituir estas políticas por enfoques basados en el derecho internacional y la seguridad común, tal y como se establece en la Carta de las Naciones Unidas.

El Pacto por el Futuro incluye compromisos para prevenir la guerra nuclear y lograr la eliminación global de las armas nucleares. Los Estados miembros de la ONU deberían aprovechar la oportunidad que brindan el Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares y la Reunión Plenaria de Alto Nivel de la ONU del 26 de septiembre para anunciar planes concretos que permitan alcanzar estos objetivos.

Por lo tanto, quienes firmamos esta declaración hacemos un llamamiento a líderes, personas legisladoras y funcionarias de todos los niveles de gobierno (locales/municipales, estatales, nacionales y regionales) para que:

  1. Afirmen que la amenaza o el uso de armas nucleares es inadmisible.
  2. Impulsen medidas tangibles por parte de los Estados con armas nucleares y sus aliados para cumplir con esta obligación, incluyendo la retirada de las fuerzas nucleares y la adopción de políticas para no iniciar nunca una guerra nuclear.
  3. Se comprometan a lograr la eliminación mundial de las armas nucleares a más tardar en el centenario de las Naciones Unidas en 2045, y emprendan inmediatamente acciones, incluso mediante negociaciones multilaterales, para cumplir este compromiso;
  4. Recorten los presupuestos destinados a armas nucleares y pongan fin a las inversiones públicas y privadas en la industria de las armas nucleares.
  5. Redirijan estos fondos para fortalecer las Naciones Unidas, promuevan el mantenimiento de la paz y la resolución de conflictos, aceleren las medidas para proteger el clima y satisfagan las necesidades humanas y económicas, tal y como exige el artículo 26 de la Carta de las Naciones Unidas.

No hay mejor momento que 2025 —el 80º aniversario del bombardeo nuclear de Hiroshima y Nagasaki y de la creación de las Naciones Unidas— para emprender estas acciones con el fin de lograr un mundo libre de armas nucleares que proteja a las generaciones actuales y futuras.