Ecología doméstica

30.04.2021

El Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral propone como actuaciones para la educación ecológica: "replanteo y reformulación de los programas educativos y reformar las instituciones en el espíritu de la ecología integral con el fin de crear conciencia e impulsar acciones concretas, promoviendo la vocación ecológica de los jóvenes, de los maestros y de los líderes en materia de educación, etc."

Punto de partida

Si vamos al principio... tendríamos que remitirnos al relato bíblico de la Creación: Gn. 1,1-31 y al de Caín y Abel y específicamente a Gn.4,8-9.

Respecto a la madre Tierra

"Y vio Dios que todo era bueno", es la cláusula que se repite al final de cada uno de los días; "Creced, multiplicaos y cultivad la tierra" es el mandato que Dios da a la humanidad; sin embargo, hemos traducido el término hebreo "kabash" (כָּבַשׁ) únicamente como "dominar, someter" en el sentido, además, de "hacer lo que nos dé la gana sin plantearnos consecuencias". Pero ¿es ése el sentido de esta palabra en hebrero.

En la frase de Génesis 1,28 el verbo hebreo kabash significa "poner el pie" y tiene la misma ambigüedad en hebreo que en castellano: puede referirse a "poblar o habitar" y también a "hollar, dominar de forma humillante".

En el primer caso,dominar la tierra significa simplemente habitarla, y a eso parece aludir el verbo anterior: henchid la tierra. Esta traducción se ve confirmada por una frase del Deuteroisaías (otro autor bíblico emparentado con el de Gen 1 por la enseñanza sobre la creación): "el Creador del cielo, modeló la tierra y no la creó vacía sino que la formó habitable" (Is 45,18).

Pero ya vemos el resultado de los últimos tres siglos de "progreso": contaminación de todos los espacios (hasta el sideral); mares y océanos donde ya hay más plásticos que peces; ríos llenos de espumas de jabón y otros vertidos que matan la vida; tierras acidificadas por abonos químicos, insecticidas, herbicidas; aguas subterráneas contaminadas como consecuencia de las malas prácticas agrícolas, ganaderas, industriales y mineras; polución atmosférica, lumínica, acústica, electromagnética; sobreexplotación pesquera, forestal; maltrato animal en granjas avícolas, vacunas junto con la aplicación de métodos de engorde artificial... ¿Hemos perdido el nexo de unión con el medio natural?

¿Dónde está tu hermano?

Respecto a cada cual

"¿Dónde está tu hermano?". Así dice Dios a Caín después de que este acabara con la vida de Abel. Es obvio que para Dios sí somos guardianes también de nuestros hermanos. La Biblia está repleta de textos en los cuales a Dios le importan más las personas que todas nuestras cosas y actos: "Aprended a hacer el bien, buscad lo justo, dad sus derechos al oprimido, haced justicia al huérfano, abogad por la viuda" (Is.1,15-17); es más, Él se halla en cada ser humano, según Mt. 25,31-46: "En verdad les digo que cuanto hicieren a cualquiera de éstos a mí me lo hicieron".

También aquí hemos perdido el norte: invasiones, guerras, imperialismos, latrocinio, expolio, destrucción, muerte, enfermedades provocadas por nosotros mismos, manipulaciones genéticas con fines mercantilistas (alimentos transgénicos), trata de personas, explotación laboral, usura, engaño, manipulación de las masas, marginación y exclusión social, pobreza, racismo y xenofobia...

Llamadas de atención

La Laudato si' incide e insiste en la necesidad de abordar la ecología, el cuidado de la Casa Común, como algo integral: No podemos defender y proteger la naturaleza si al mismo tiempo no ponemos ese empeño en preservar y cuidar la vida y la dignidad humana. Una y otra dimensiones de la ecología van unidas de manera inseparable.

Tenemos la tarea de hacer habitable la Tierra, de cuidar el medio natural, respetarlo, protegerlo, desarrollarlo y al mismo tiempo velar por los Derechos Humanos y por todos y cada uno de los valores que nos lleven a formar la gran fraternidad universal: ahí tenemos la Fratelli tutti.

La sociedad civil nos propone el cumplimiento de los ODS que por desgracia son y serán papel mojado mientras no haya una mentalidad planetaria dispuesta a revertir la inercia que nos arrastra y que atraviese todas las esferas y planos de toda nuestra vida personal, familiar, socia,... todos los ámbitos (laboral, lúdico/festivo, productivo, comercial, financiero, educativo, cultural, deportivo, sanitario, político, religioso, reivindicativo...) y nuestras relaciones: entre nosotros mismos y con la naturaleza.

Educar para la transformación, desde lo concreto

Transformación es transformación, no retoques ni cambios de maquillaje. Y no habrá transformación si no aprendemos a trabajar en red como lo hace la laurisilva canaria: fuertemente arraigada en el suelo de nuestros principios comunes y entrelazados unos con otros como se entretejen las ramas de los árboles logrando que ningún vendaval sea capaz de derribar un solo árbol.

  1. La familia no puede educar en esta línea ignorando o manteniéndose al margen de espacios de participación ciudadana (colegio, AA.VV., compromiso sociopolítico, eclesial...).
  2. La escuela no podrá tampoco educar en esta línea si se limita a mirarse a sí misma, sus programaciones y demás burocracias orientadas a formar personas dóciles para el sistema imperante reproduciendo únicamente lo que viene impuesto desde el Plan Bolonia.
  3. Los partidos políticos y quienes hacen de la política su profesión tampoco harán nada si no se enfocan todos en la tarea común de hacer cumplir como mínimo los Derechos Humanos, los O.D.S. y el respeto absoluto al Medio Ambiente por encima de cualquier consideración economicista.

Es decir, no podemos actuar en compartimentos estancos, "cada cual a lo suyo" y haciendo "lo que puede" sin ubicarnos en este gran contexto que es mucho mayor que cualquiera de las partes. Necesitamos un gran pacto social que contemple lo global y que no deje afuera a nadie.

Desde lo concreto

Mientras se llega a ese gran pacto social en todos los espacios: local (de barrio y municipal), regional o autonómico, nacional e internacional, tenemos ya unas cuantas propuestas concretas "para ir andando":

  1. Prácticas cotidianas: Nos servirá para ahorrar energía y agua, comprar de manera éticamente responsable, practicar las RRR, llevar a cabo buenas prácticas en el cuidado del Medio Ambiente...
  2. Celebraciones especiales del año: Son recursos educativos que podemos emplear en la familia, la escuela, también en centros socioeducativos y en comunidades cristianas para educar en VALORES, entre ellos los relacionados con el Medio Ambiente, el respeto y promoción de los Derechos Humanos.
  3. Senderismo en familia: Fácilmente realizable y sin apenas presupuesto. Cualquier parroquia, colegio, entidad social educativa puede organizarlo. El objetivo esencial es educar la mirada hacia el medio natural y de paso desarrollar los valores de la convivencia: colaboración, solidaridad, amistad, comunicación. El "Proyecto XERCO" es un ejemplo de ello.
  4. Participación en campañas de repoblación forestal y rehabilitación de especies animales: En todas las comunidades autónomas se organizan actividades de este tipo. Se trata de contactar con los organismos competentes o responsables y plantear el deseo de participar activamente en dichos proyectos y luego llevar a cabo la colaboración y coordinación correspondiente.
  5. Implicación en plataformas de reivindicación medioambiental y también de los Derechos Humanos: Todos conocemos a Greenpeace, Ecologistas en Acción, WWF,... o entidades como Amnistía Internacional, APDHE, CIDH... que trabajan en la denuncia y la reivindicación de los DD.HH. Basta contactar con cualquiera y plantear el deseo de trabajar en equipo con ellas.
  6. Participación activa como voluntarios/as en entidades que además de denunciar las injusticias trabajan a pie de calle todos los días del año en pro del medio ambiente y del respeto a la dignidad humana. Ahí tenemos a REPAM, CÁRITAS, Cruz Roja, Manos Unidas, Intermon-Oxfam... Contactemos con sus oficinas locales o con aquellas personas que en nuestra localidad están ya trabajando en estas u otras organizaciones de compromiso transformador.

Sin dejar de lado el compromiso sociopolítico

Los sindicatos aún siguen arrastrando una mala prensa debido a errores del pasado, a fraudes, engaños y traiciones a los propios postulados de las organizaciones sindicales que son mayoritarias en nuestro país (no viene a cuento detallarlas ahora) y sigue costando mucho retomar el vuelo. Aún así, son un excelente ámbito de compromiso serio con la sociedad pues apuntan directamente a las estructuras que pueden garantizar el cumplimiento de los Derechos Humanos sin dejar de lado la dimensión medioambiental.

Los partidos políticos, aún con la crispación que expresan a través, principalmente, de las redes sociales, y del diálogo de besugos del que hacen gala en sus discursos parlamentarios (pareciera que están de campaña electoral permanente todo el año) son sin embargo pieza fundamental para la transformación de la sociedad y aquí sí tenemos la oportunidad de incidir en los fundamentos de toda la vida social, económica, cultural educativa, etc. del país.

Somos plurales y tenemos diversas sensibilidades pero, aunque así sea, si ven verdad existe interés en una ecología integral y creemos que es posible construirla, no tengamos miedo en plantear nuestras propuestas en el partido político cual sea en el que estemos afiliados o militando, provoquemos debate, análisis serio sobre esta ecología y conduzcamos esta reflexión hacia unas conclusiones que aterricen en planes concretos que faciliten un desarrollo humano integral en el que haya verdadera justicia social, respeto absoluto a la dignidad humana y al medio ambiente hasta conseguir que esta Tierra sea la Casa Común de la humanidad.

Es decir, no permanezcamos en las instituciones con capacidad de transformación social "a ver qué nos echan", seamos proactivos, tomemos la iniciativa, propongamos caminos a seguir. Esta es la cualidad que en todo y en todas partes nos conviene adoptar si queremos que las cosas sucedan.

Santi Catalán

santi257@gmail.com

Justicia y Paz Tenerife


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