Economía del compartir

04.07.2022

En esta maraña de conceptos de economía que van desde la economía circular a la colaborativa o economía de plataforma, se propone una forma de economía del Compartir que tiene elementos de estas pero que también, pretende abordar algunos de sus problemas.

La economía circular es un modelo de producción y consumo que implica reducir, reutilizar y reciclar (las 3 R) los materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido y extender el ciclo de vida de los productos. Dicha economía pretende disminuir la demanda de materias primas y luchar contra la obsolescencia programada.

Y surge como modelo alternativo a la economía lineal, del usar y tirar, con el repetitivo mantra de activar el consumo basado en el uso de recursos naturales que se transforman en productos de consumo con los efectos perniciosos de contaminación en los procesos productivos y de generación de residuos, como efectos nocivos del sistema, asociados al progreso y el desarrollo económico.

La Comisión Europea ha adoptado un Plan de acción sobre economía circular como unos de los elementos de Pacto Verde Europeo cuyo objetivo se concentra en desarrollar productos sostenibles, empoderar a quienes consumen, disminuir los residuos y aumentar la circularidad entre personas, regiones y ciudades.

Pero, no cuestiona el modelo económico-social de producción-consumo, materialista e individualista, en el que menos cantidad de materiales, energía, residuos, no significa que siga creciendo el consumo si no hay una modificación del sistema. Y un concepto clave como es el de reducción se desdibuja en las 9R o de 10R, como ha propuesto Walter Pardavé. Y que según diferentes autores pueden usar diferentes formulaciones: Recuperar (o Recoger), Reducir, Repensar (o Reflexionar), Rediseñar, Revender (o Redistribuir), Regalar, Rechazar, Reutilizar (Remanufacturar), Reciclar, Reparar (o Restaurar).

Economía circular no es lo mismo que economía colaborativa (Sharing economy). Son economías (y formas de consumo) distintas y que en algún momento pueden actuar de forma conjunta, pero es cierto que muchas veces por falta de conocimiento y por ser terminologías relativamente nuevas, confundimos y mezclamos sus conceptos.

La Economía Colaborativa es básicamente lo que se llama el P2P (Peer to peer) o C2C (Consumer to consumer), o actividades de intercambio entre particulares de bienes y/o servicios, ociosos o infrautilizados, a cambio de una compensación. Pero además, hay modelos que incluyen B2C (Business to consumer), B2B (Business to business) y otros.

En las plataformas más conocidas en España encontramos a las que se dedican a la reventa de artículos (Ebay, LetGo, Wallapop, Vibbo, Milanuncios, etc), de alquiler de parte o totalidad de una vivienda en periodos cortos de tiempo (Airbnb, Booking), de transporte (Uber, Cabify, Blablacar), formación (Tutellus, Coursera, etc), comida (Too Good to go) reparto (Deliveroo, Glovo, Just eats), etc.

Recuperar los bienes comunes, reivindicar el buen vivir


Pero en muchas de ellas hay una empresa que no es la proveedora de servicios real, que sostiene una plataforma, que facilita la transacción de forma fácil y segura, tanto para quien provee como para quien usa, y que, además, genera una importante cantidad de datos que serán utilizados con algoritmos que solo conoce la propia empresa, configurando lo que se ha denominado capitalismo de plataforma.

En esta función de intermediación, una empresa controla el sistema y aprovecha la falta de regulación, generando conflictos a nivel de derechos laborales y de competencia desleal. Así, por ejemplo Globo, Uber o Deliveroo, que ofrecían servicios de reparto mediante personal autónomo han sido obligadas a laboralizar dichas relaciones y a comunicar, de alguna manera, los algoritmos, con la famosa ley Rider. Y dicho intento de regulación ha motivado que Deliveroo se vaya de España.

En estas plataformas ha desaparecido de la narrativa dominante el énfasis en la reducción del consumo y se ofrecen bienes o servicios, a priori a menos coste o facilitar servicios, aumentando la visibilidad y la conexión directa entre proveedores y quien consume, pero obviando la redistribución y la reducción de las desigualdades sociales y económicas y estableciendo círculos de compartir entre personas acomodadas que no incluyen a las excluidas.

En contraposición a este capitalismo de plataforma, ha comenzado a surgir un movimiento denominado «cooperativismo de plataforma» (Platform cooperativism). Este concepto hace referencia a las plataformas que utilizan la misma tecnología y ofrecen los "mismos" servicios que las empresas del «capitalismo de plataforma», pero generando otro tipo de relaciones sociales y productivas. Por lo general, se trata de plataformas que adquieren la forma de cooperativas, por lo que quien prestan servicios son cooperativistas de la misma y participan en la toma de decisiones. Se trata de plataformas que ponen en el centro los derechos de sus trabajadores y trabajadora, y la justicia social, y el objetivo es generar un movimiento de plataformas cooperativas que rompan con los efectos negativos del capitalismo de plataforma. Javier Gil ¿Qué son las economías colaborativas?

La Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS) plantea que la "Economía Social y Solidaria" quiere representar una alternativa real al sistema neoliberal vigente. Ofrece respuestas desde la estructura económica a las necesidades que presentan las personas a la hora de relacionarse económicamente de forma más igualitaria, equitativa, coherente y justa. Pero para ser una alternativa real no puede funcionar de forma marginal o paralela, paliando la exclusión particular, pero sin configurarse como alternativa estructural frente al sistema dominante. Su objetivo no es tanto la integración en el sistema económico imperante, sino modificarlo, cambiarlo y constituirse como elemento impulsor de una nueva forma de actuar y, sobre todo, diseñar y poner al servicio de las personas herramientas que les posibiliten adoptar fórmulas de vida sostenibles.

El papa Francisco ha promovido un foro para el debate de la Economía a la juventud en Asís, Economía de Francisco, que hace referencia al Santo Francisco de Asís, y se ha configurado como un seminario permanente y como línea de trabajo impulsada para "repensar la economía", haciendo mención a una economía donde tengan cabida formas y estilos de vida distintos.

Joan Carrera y David Murillo en el Cuaderno de Cristianismo y Justicia sobre "Recuperar los bienes comunes, reivindicar el buen vivir" abordan los que denomina los comunes, como una forma que va más allá del uso comunitario de un bien sino de un proceso activo y colectivo con el fin de compartir unos recursos comunes. Proponiendo unos principios: 1) la voluntad de fomentar los vínculos sociales entre personas; 2) la co-gobernanza y participación de todos; 3) cómo hacer sostenible lo común, identificando la comunidad y escalando en la gestión comunitaria; y 4) qué significa poseer un bien y cómo usarlo.

En este contexto, desde la Comisión de Justicia y Paz de Valladolid se está proponiendo la Economía del Compartir como un proyecto que incluye elementos de economía circular y de colaboración, como una propuesta de cooperativismo de plataforma, y como una forma de economía alternativa y solidaria. Con una apuesta clara para favorecer la integración de las personas excluidas, realizando propuestas de inserción laboral, estableciendo un puente con las entidades del Tercer sector (Cáritas, fundación Aldaba-Proyecto Hombre, Red Íncola,) y a los colectivos que atienden, junto con otras entidades como fundación Splora, comunidad Adsis y otros grupos, comunidades o movimientos que están reflexionando sobre su apuesta por esta vía de desarrollo. Y así promover la integración, en los procesos de desarrollo personal, tanto social como comunitarios, en la construcción de un espacio común donde redistribuyamos bienes y servicios entre la ciudadanía y entre hermanas y hermanos.

Carlos Imaz

Justicia y Paz Valladolid

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