El cambio climático contamina el ánimo tras la COP28

14.12.2023

Que el medioambiente es un hermano menor como las personas más pobres del planeta se demuestra cada año en la falta de ambición política de las Cumbres del Clima.

El resultado de la COP28 es muy deficiente y desafortunadamente el esperado, al realizarse en un país petrolero donde se han defendido los intereses de estas potencias. Se suponía una falta de voluntad política que se ha materializado, alargando un día más la duración de esta Cumbre.

Sigue sin mostrarse interés en profundidad por el daño que producen los combustibles fósiles y de nuevo el beneficio económico prima sobre el bienestar de las poblaciones y del medioambiente.

Un inicio alentador

La Cumbre se inició con la aprobación unánime del fondo de pérdidas y daños con el que países empobrecidos y muy vulnerables al cambio climático podrán abordar sus impactos. El Banco Mundial será el depositario del fondo durante cuatro años, "que contará con un mínimo de 100.000 millones de dólares al año para 2030".

Un proceso sin metas ni objetivos

Saludamos con satisfacción el reconocimiento internacional de los combustibles fósiles como principales responsables del cambio climático, pero lamentamos que no haya acuerdos vinculantes para su desaparición a corto plazo.

Durante la Cumbre los aspectos donde ha sido más sencillo el pacto se resumen en tres tipos de acción:

Acelerar los esfuerzos a nivel mundial hacia sistemas energéticos de emisiones netas cero, mediante la captura y almacenamiento de carbono, las renovables, la energía nuclear, y la producción de hidrógeno con bajas emisiones de carbono. Se acordó triplicar la capacidad renovable y duplicar la eficiencia energética para 2030.

Reducir las emisiones del transporte por carretera a través del desarrollo de infraestructuras y el rápido despliegue de vehículos que lo permitan. Además del dióxido de carbono se cita la reducción de emisiones del metano para 2030.

Eliminar las subvenciones a los combustibles fósiles "que fomentan un consumo derrochador y no abordan la pobreza energética ni las transiciones justas". Por otro lado, se mantienen y renuevan otros fondos de financiación climática que también repercuten en la adaptación, aunque la aportación de fondos es voluntaria y muchas veces escasa.

La mayor falta de consenso

El Balance Global de Emisiones ha sido un punto de tensión de este encuentro diplomático y sucumbe a las presiones de los petroestados. La última versión del acuerdo recoge hacer una "transición que deje atrás los combustibles fósiles" hasta emisiones netas cero en 2050 frente a eliminar gradualmente estos combustibles para 2025.

Dudas y certezas

Aunque permanecen los interrogantes sobre la forma en la que los fondos económicos pueden distribuirse y proveerse de forma justa o si las energías renovables repercuten negativamente en la desaparición de otros recursos naturales y generan nuevas pobrezas para distintas comunidades, no podemos dudar de la necesidad de abandonar los combustibles fósiles, a la vez que se procuran soluciones de dignidad para todos los pueblos.

La salud del planeta se acerca a un punto de no retorno que además de enfermarnos supone una destrucción ecológica, que nos repercute nuevamente de forma negativa en distintos ámbitos y derechos humanos, afecta con mayor intensidad a las personas más débiles y a las generaciones futuras.

La falta y el retraso de acuerdo político muestran la prevalencia de intereses de los Estados que provocan muerte y destrucción de la casa común. Se percibe la necesidad de una sociedad civil fuerte que influya de forma más significativa en las propuestas y acuerdos adoptados.

Desde un punto de vista espiritual, el papa Francisco matiza sabiamente la importancia de la acción para cuidar la casa común en su aportación a la COP28: "La creación no es un sistema que hay que preservar, sino un don que hay que abrazar. Y un mundo pobre en contemplación será un mundo contaminado en el alma, que seguirá desechando personas y produciendo residuos; un mundo sin oración dirá muchas palabras pero, desprovisto de compasión y lágrimas, vivirá sólo de un materialismo de dinero y armas".

Comisión General Justicia y Paz