Guerra en Sudán
A finales de marzo del 2023 había un cierto optimismo en la ciudad de Jartum pues parecía que los diversos actores involucrados en las negociaciones que debían reconducir el proceso de transición democrática estaban maduras: las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF en sus siglas en inglés), las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF en sus siglas en inglés) y las plataformas civiles. De hecho, se había anunciado el 1 de Abril como la fecha para la firma del acuerdo marco que debía guiar el proceso, el 6 de abril para la firma del texto constitucional de transición y el 11 de abril para la presentación del nuevo gobierno civil de transición.
Lo que sucedió en cambio fue que las RSF intentaron tomar el poder por la fuerza el 15 de abril del 2023. Ocuparon las sedes de la televisión nacional, el aeropuerto internacional de Jartum y el de Méroe y el palacio presidencial. En pocas horas pues habían desplazados 60.000 soldados a su campo militar situado al sur de la capital y pillado a contrapié a las SAF. Les faltó conquistar precisamente el cuartel general del ejército (SAF), donde el General Abdel Fatah Al Burhan, presidente del Consejo Soberano de Transición, consiguió resistir y romper el cerco más adelante para instalarse en Port Sudan. Meses más tarde esta ciudad costera se convertiría en la sede del gobierno sudanés.
Las causas
Las principales discrepancias entre las SAF y las RSF tenían que ver con el proceso de integración del segundo en el primero para formar un solo ejército. Las SAF querían una operación relativamente veloz de dos años mientras que las RSF querían un proceso más gradual que debía ser completado en diez años. Por otro lado, las SAF defendían que este proceso de integración fuera supervisado por un militar del ejército regular mientras que las RSF proponían un civil. De hecho, las RSF llevaban unos meses vendiendo el discurso de que el ejército regular, las SAF, representaba el regreso al antiguo régimen y se oponía a la transición mientras ellos representaban la garantía de éxito para el proceso democrático.
El tiempo ha demostrado que este discurso, particularmente del agrado de las naciones occidentales, era totalmente vació. Allá donde las RSF han conquistado un territorio sobre suelo sudanés han imperado las matanzas arbitrarias de personas de determinadas tribus (la última en Al Fasher y Bara el pasado 28 de octubre del 2025), la violencia sexual contra las mujeres, el saqueo, el secuestro de los jóvenes que no querían unirse a su ejército, la destrucción de infraestructuras...
El factor tribal también tiene un rol en esta guerra como lo ha tenido en todas las que han salpicado la historia de Sudán desde su independencia en el 1956. La élite del ejército está relacionada con las tribus del norte del valle del Nilo (Shaiqya, Danagla y Ja'alya), mientras que la familia del líder de las RSF, Mohamed Hamdan Dagalo alias "Hameidti", de la sub-sección Awlad Mansour de la tribu Mahariya, es parte de la confederación tribal de los Rizeigat que se mueven entre Darfur y el este del Chad. Los Rizeigat son parte de una confederación de tribus conocidas como Baggara y de hecho en las filas de las RSF luchan soldados de origen chadiano, nigerino además de mercenarios colombianos.
Cómo se llega a tener dos ejércitos en un mismo país
Los RSF eran milicias conocidas como janjawid que operaban en Darfur al servicio de Omer El-Bashir, presidente del Sudán entre el 1989 y el 2019, para operaciones de limpieza étnica contra las tribus negras de la región (Fur, Bert, Zaghawa). Esta era la acusación por la que el tribunal internacional de La Haya había condenado al depuesto presidente. Antes de su caída, El-Bashir dotó de entidad jurídica a las RSF como parte integrante del ejército para operaciones ordinarias y parte de los servicios de inteligencia para operaciones extraordinarias con competencia especial para el control de las fronteras. Por este motivo, tenían una relación estrecha con naciones como Francia o Italia pues esas fronteras incluyen la que separa Sudán de Libia.
Cuando el ejército depuso a Omar El- Bashir por la presión popular (Revolución del 2019), las RSF también "traicionaron" a su mentor y se insirieron en el nuevo gobierno de transición. Su líder, Mohamed Hamdan Dagalo "Hameidti", fue nombrado vicepresidente del Consejo Soberano de Transición, el órgano equivalente a la presidencia de la república que debía conducir el proceso de transición. En ese momento las RSF contaban con "sólo" 20.000 soldados pero ya controlaban varias minas de oro de Darfur y Kordofán Occidental.
El gobierno civil encabezado por el primer ministro, Abdallah Hamdok, que surgió fruto del inicio del proceso de transición en agosto del 2019 comenzó una reforma de los servicios de inteligencia. Estos habían sido responsables de torturas y crímenes inconcebibles en el nuevo Sudán que se quería construir. Se trataba de redefinir su papel y limitarlo a la provisión de información al gobierno como en cualquier estado moderno.
La necesaria operación de desmantelamiento de los antiguos servicios de inteligencia fue encargada a las RSF. Estos aprovecharon la ocasión para ocupar los apartamentos, edificios e infraestructuras desde la que antes operaban los miembros de los servicios de inteligencia e incorporar algunos de sus miembros a su propia estructura.
El líder de las RSF, Hameidti, fue encargado también de negociaciones con diferentes partes en conflicto en Sudán y representó al país en diversas visitas internacionales incluida una visita el 9 de febrero del 2022 a Putin en Moscú donde se presentó con un avión lleno de lingotes de oro, según informaba el New York Times. Su dimensión internacional, ya no limitada a la región del Darfur, su poder y su ambición se hacían cada vez más evidentes. La explotación de las minas de oro bajo su control y otras actividades de las empresas registradas a nombre de otros miembros de su familia, y la permisividad del general Burhan le permitían aumentar sus ingresos y el volumen de su ejército llegando hasta los 100.000 soldados.
La criatura se revuelve contra el creador
El general Abdel-Fatah al-Burhan se había ocupado del entrenamiento militar de los soldados de Hameidti en Darfur a principios de siglo. Juntos habían enviado tropas al Yemen para luchar contra los hutíes por encargo de los gobiernos financiadores de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, país, éste último, donde residen las cuentas bancarias de las compañías de Hameidti y sus familiares. Este "servicio" estrechó los lazos entre Hameidti y los Emiratos, que son su principal apoyo externo.
Los Emiratos ansiaban tener una base naval o puerto de mar bajo su administración en la costa sudanesa del Mar Rojo al norte de la ciudad de Puerto Sudán. Hameidti, como vice-presidente del Consejo Soberano, estaba preparado para firmar el acuerdo con el país emiratí. Burhan, en cambio, rechazaba el acuerdo y tampoco firmaba uno semejante con Rusia, que también ambicionaba una base naval en el Mar Rojo.
El puerto de mar, además de su valor estratégico, debía facilitar la exportación del oro que desde Darfur, controlado hoy por las RSF, y otras regiones de Sudán acaba en los mercados de Abu Dhabi y Dubai.
Los Emiratos también necesitan suministros de carne y cereales para garantizar su seguridad alimentaria. Se habla también de exportaciones de uranio, muy presente en Darfur, y necesario para la transición energética que han proyectado los Emiratos.
Todos estos motivos explican el apoyo de los Emiratos a las RSF, repetidamente negado por los primeros y repetidamente documentado: provisión de cargamentos de armas y vehículos de combate, de mercenarios, atención a los heridos a través de hospitales creados en Chad o Sudán el Sur o en los mismos Emiratos... Las rutas que parten de los Emiratos con estos fines son diversas. Ha barcos que llegan hasta Bengazi, aviones cargo que aterrizan en Chad, república centroafricana o Nyala…
Consecuencias del conflicto en Sudán
El conflicto en Sudán ha forzado el desplazamiento de 12 millones de personas. Más de 4 millones de personas han huido a países vecinos (Chad, Egipto, Sudán del Sur, Etiopía, etc.). UNICEF calcula en 30 millones las personas que requieren asistencia urgente.
Unos 17 millones de niños en edad escolar han quedado fuera del sistema escolar según UNESCO, lo que creará una generación con enormes lagunas educativas.
Según UNICEF, decenas de millones carecen de acceso adecuado a servicios sanitarios
La guerra ha producido además la caída de mercados, la interrupción del comercio interno y externo, pérdida de ingresos y empleo masivo. Infraestructura crítica (agua, electricidad, transporte) ha sido dañada o es inaccesible en muchas zonas, agravando las crisis sanitaria y alimentaria.
Conclusión
Los Emiratos ya colonizan parte de Libia a través del ejército de Jalifa Haftar, parte del Yemen a través de las Fuerzas del Cinturón de Seguridad (Security Belt Forces) y ahora el oeste de Sudán a través de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). Mientras que Jalifa Haftar ha organizado una administración, la población sudanesa huye de las zonas a las que llegan las RSF y buscan refugio en las zonas controladas por el ejército pues temen sus prácticas.
Mientras las RSF cuenten con el apoyo de los Emiratos el conflicto en Sudán continuará enquistado, consumiendo los recursos del pueblo y limitando su futuro. Y mientras occidente no cuestione el rol de los Emiratos estos continuarán en las mismas. Pero, ¿quién puede cuestionar a quien invierte trillones de dólares en diferentes proyectos tanto en los Estados Unidos como en Europa o quien es considerado un socio fundamental para la estabilidad de Oriente Medio y aliado de Israel contra los fundamentalismos islámicos?


