Los conflictos provocan contaminación, desechos y destrucción
de ecosistemas críticos, con implicaciones en la seguridad
alimentaria, hídrica, la economía y la salud. Al mismo tiempo, el cambio climático
"agrava las tensiones" e incluso puede contribuir al conflicto por el dominio
de recursos hídricos, minerales o de tierras. Todo ello exige una cooperación
internacional, un multilateralismo cohesionado y con visión de futuro, que
sitúe en el centro la dignidad de la vida y el cuidado del planeta. Así, el papa
León XIV dice "Si quieres cultivar la paz, cuida la creación". "En medio de un mundo en llamas, a causa tanto del
calentamiento global como de los conflictos armados, esta Conferencia [COP30] debería
convertirse en un signo de esperanza".