En el Día Internacional del Migrante, el mensaje de la Jornada Mundial de la Paz
de León XIV nos invita a apostar por una paz desarmada y desarmante,
que no se impone con muros ni violencia, sino que se construye desde la
acogida, la justicia y la solidaridad. La Navidad refuerza
este llamamiento recordándonos que Dios mismo se hizo migrante y
vulnerable. Reconocer la dignidad de quienes cruzan fronteras es un
gesto concreto de paz y una señal de esperanza para un mundo herido que
anhela reconciliación.