Primera Jornada Mundial de los Abuelos y personas Mayores: 25 de julio de 2021

19.07.2021

De "raíces" habla a menudo el papa Francisco cuando explica, sobre todo a la juventud, que sus abuelos son "árboles" a los que hay que cuidar con gestos de ternura, a los que hay que sorprender usando "la fantasía del amor", a los que hay que visitar y buscar porque sin su "memoria" no se puede florecer. "Poetas de la oración", "hombres y mujeres, padres y madres que estuvieron antes que nosotros en el mismo camino, en nuestra misma casa, en nuestra diaria batalla por una vida digna".

El Papa lleva desde el principio de su pontificado abogando por estrechar los lazos familiares, así como por integrar en la sociedad, y en sus diferentes núcleos, a las personas generalmente apartadas. Ya sean enfermas, pobres o ancianas. De hecho, ha criticado en reiteradas ocasiones lo que llama la 'cultura del descarte', según la cual la sociedad desecha y desprecia a quienes no parecen encajar con los patrones establecidos o aparentemente pierden 'utilidad' para la productividad. "Una familia que no respeta y atiende a sus abuelos, que son su memoria viva, es una familia desintegrada; pero una familia que recuerda es una familia con porvenir". (Amoris Laetitia, 193)

"Los abuelos son a menudo olvidados y nosotros olvidamos esta riqueza de custodiar las raíces y transmitirlas". Por ello, he decidido, decía el Papa el día 31 de enero de 2021, "instituir la Jornada Mundial de los Abuelos y de las Personas Mayores, que se celebrará en toda la Iglesia todos los años el cuarto domingo de julio, cerca de la fiesta de los santos Joaquín y Ana, los abuelos de Jesús". Este año será próximo domingo, 25 de julio.

"Yo estoy contigo todos los días" (Mt. 28, 20) es el lema elegido para esta Jornada. Lo explica el Papa en su Mensaje para esta celebración: "incluso cuando todo parece oscuro, como en estos meses de pandemia, el Señor sigue enviando ángeles para consolar nuestra soledad y repetirnos: . El Señor está siempre cerca de nosotros -siempre- con nuevas invitaciones, con nuevas palabras, con su consuelo, pero siempre está cerca de nosotros. Ustedes saben que el Señor es eterno y que nunca se jubila. Nunca".

Dirigiéndose en concreto a las personas mayores, invitándonos a sentir la cercanía del Señor, incluso en medio de nuestra fragilidad, nos propone el Papa tres pilares: los sueños, la memoria y la oración.

"El profeta Joel pronunció en una ocasión esta promesa: «Sus ancianos tendrán sueños, y sus jóvenes, visiones» (3,1). El futuro del mundo reside en esta alianza entre los jóvenes y los mayores. ¿Quiénes, si no los jóvenes, pueden tomar los sueños de los mayores y llevarlos adelante? Pero para ello es necesario seguir soñando: en nuestros sueños de justicia, de paz y de solidaridad está la posibilidad de que nuestros jóvenes tengan nuevas visiones, y juntos podamos construir el futuro. Es necesario que tú también des testimonio de que es posible salir renovado de una experiencia difícil".

"Los sueños, por eso, están entrelazados con la memoria. Recordar es una verdadera misión para toda persona mayor: la memoria, y llevar la memoria a los demás. Edith Bruck, que sobrevivió a la tragedia de la Shoah, dijo que «incluso iluminar una sola conciencia vale el esfuerzo y el dolor de mantener vivo el recuerdo de lo que ha sido -y continúa-. Para mí, la memoria es vivir». Esta memoria puede ayudar a construir un mundo más humano, más acogedor. Pero sin la memoria no se puede construir; sin cimientos nunca construirás una casa. Nunca. Y los cimientos de la vida son la memoria".

"Por último, la oración. «Tu oración es un recurso muy valioso: es un pulmón del que la Iglesia y el mundo no pueden privarse» (E.G. 262). Sobre todo en este momento difícil para la humanidad, mientras atravesamos, todos en la misma barca, el mar tormentoso de la pandemia, tu intercesión por el mundo y por la Iglesia no es en vano, sino que indica a todos la serena confianza de un lugar de llegada".

Hagamos viva esta Jornada.

José Mª López López, consiliario europeo de Frater