VII Jornada mundial de oración y reflexión contra la Trata
Se celebra el 8 de febrero en memoria de santa Josefina Bakhita. El lema de 2021 es "Economía sin trata de personas" con el que se pone de relieve una de las principales causas de la trata: el modelo económico dominante, cuyos límites y contradicciones se ven agravados por la pandemia Covid-19.
La trata de personas es parte integrante de "esta economía": las personas que son víctimas de la trata como "mercancías" se insertan en los engranajes de una globalización regida por la especulación financiera y la competencia por debajo del coste. Por tanto, se necesita una visión "estructural y global" de la trata para desmantelar todos esos mecanismos perversos que alimentan la oferta y la demanda de "personas para ser explotadas", porque es el corazón de toda la economía el que está enfermo.
Un aforismo atribuido a
Oscar Wilde afirma
que el cínico es
el que conoce
el precio de
todo y el valor
de nada, pues
esta economía parece
estar dominada por
el cinismo: con
referencia a bienes, servicios y
personas, no solo
el mercado hace
el precio, sino
aún más dramático,
es el precio
el que determina el
valor. La propia
empresa es víctima de
esta lógica, cada
vez más valorada
por el precio
de sus acciones
en los mercados
financieros y no por
el valor añadido
que genera su capital humano.
La
trata es, por
tanto, la punta
del iceberg, el
espejo de aumento
de un malestar
debido a un neoliberalismo imperante
basado en una
(falsa) idea de
libertad económica en
la que toda
instancia ética, social y política resulta ajena y de obstáculo.
Por el contrario, una economía sin trata es una economía que valora y se preocupa por el ser humano y la naturaleza, que incluye y no explota a las personas más vulnerables.