Jubileo 2025 y su propósito de condonación de la deuda a los países del Sur Global
El Jubileo 2025, convocado por la Iglesia católica bajo el lema "Peregrinos de la Esperanza" no es solo una celebración espiritual. Es también una poderosa invitación a reflexionar sobre los grandes desafíos sociales y económicos de nuestro tiempo. Entre ellos, destaca con fuerza la condonación de la deuda de los países más empobrecidos.
En la tradición bíblica, el Jubileo era un año especial que se celebraba cada 50 años (Levítico 25), durante el cual se liberaban esclavos, se devolvían tierras y se perdonaban deudas. Era un tiempo de reconciliación, justicia y restauración. La Iglesia católica ha retomado esta tradición como un Año Santo, que se celebra cada 25 años, con indulgencias plenarias y peregrinaciones a lugares sagrados. El Jubileo 2025, que se celebra del 24 de diciembre de 2024 al 6 de enero de 2026, busca ser un tiempo de esperanza, renovación espiritual y compromiso con las personas más vulnerables.
Hoy, más de 100 países en desarrollo destinan más recursos al pago de la deuda externa que a servicios esenciales como salud o educación. Esta situación ha generado lo que se denomina "trampa de la deuda", donde los países más pobres no pueden invertir en su propio desarrollo porque están atrapados en un ciclo de pagos interminables y constantes. Los datos apuntan a:
- 48 países gastan más en deuda que en garantizar derechos humanos básicos.
- La deuda pública de los países en desarrollo se ha cuadruplicado entre 2004 y 2023, pasando de 2,6 a 11,4 billones de dólares.
- El 65 % de esta deuda está en manos de prestamistas privados, lo que dificulta su renegociación.
En la bula Spes non confundit (La esperanza no defrauda), el papa
Francisco hizo un llamamiento directo a las naciones más ricas:
"Si verdaderamente queremos preparar en el mundo el camino de la paz,
esforcémonos por remediar las causas que originan las injusticias, cancelemos
las deudas injustas e insolutas y saciemos a los hambrientos".
Este mensaje no es nuevo. Ya en el Jubileo del año 2000, san Juan Pablo II pidió la cancelación de la deuda externa de los países más pobres. Pero en 2025, el papa Francisco fue más allá, al vincular la deuda financiera con una deuda ecológica acumulada por los países industrializados.
La deuda ecológica, que es el desequilibrio generado por siglos de explotación ambiental y social del Sur global por parte del Norte, se manifiesta actualmente de dos formas principales:
- Deuda de carbono: los países ricos son responsables del 80 % de las emisiones históricas de gases de efecto invernadero, mientras que los países pobres apenas contribuyen con un 4 %.
- Expoliación de recursos: minerales, bosques y combustibles fósiles han sido extraídos de países en desarrollo sin compensación justa, dejando contaminación y pobreza.
El Vaticano sostiene que esta deuda ecológica debería compensar, al menos en parte, la deuda financiera que soportan los países más vulnerables. En esta línea, El Jubileo 2025 no se limita a declaraciones simbólicas. Diversas instituciones eclesiales y sociales han propuesto medidas concretas:
1. Condonación de la deuda financiera
- Cancelar total o parcialmente la deuda de países que no pueden pagarla sin
sacrificar derechos básicos.
- Establecer mecanismos justos de reestructuración de deuda soberana.
2. Canjes de deuda por desarrollo
- Permitir que los países inviertan en salud, educación o acción climática a cambio de reducción de deuda.
3. Reconocimiento del crédito ecológico
- Incorporar la deuda ecológica en las negociaciones internacionales como parte de una nueva arquitectura financiera global
4. Reforma del sistema financiero internacional
- Mayor regulación y transparencia en los préstamos.
- Participación equitativa de los países del Sur en las decisiones de
organismos como el FMI o el Banco Mundial.
La Santa Sede ha explicado con claridad que condonar la deuda no es un acto de
generosidad, sino de justicia reparadora. La deuda, cuando impide el desarrollo
humano, se convierte en una forma de opresión. Como afirma el Dicasterio para
el Desarrollo Humano Integral:
"La deuda financiera y la deuda ecológica son dos caras de una misma moneda
que hipotecan el futuro".
Del 30 de junio al 3 de julio de 2025, Sevilla ha acogido la IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo de la ONU, un evento clave para impulsar estas propuestas. La Iglesia española hizo un llamamiento a los fieles a involucrarse activamente, promoviendo un modelo económico más justo y sostenible.
El Jubileo 2025 es una oportunidad histórica para replantear las reglas del juego económico global. En un mundo marcado por la desigualdad, el cambio climático y la deuda insostenible, la llamada a la condonación de la deuda es un grito de esperanza y justicia.
Así, siguiendo el lema de este Jubileo 2025, quienes peregrinan en la esperanza no solo han de cruzar puertas santas, sino también abrir puertas de dignidad, equidad y solidaridad para millones de personas. Porque, tal y como destacó el papa Francisco, "nadie se salva solo" y la esperanza se construye con actos concretos de justicia.
Marina Noriega-Gutiérrez, voluntaria Comisión General Justicia y Paz.