Clamor por la justicia, la paz y el trabajo decente

07.10.2022

Para este 7 de octubre, Jornada Mundial por el Trabajo Decente, siguen siendo muy válidas las palabras del papa Francisco para la Jornada Mundial por la Paz del 1 de enero de 2022: El trabajo decente es camino para construir una paz duradera.

En efecto, con el ruido ensordecedor de las guerras, mientras se propagan enfermedades de proporciones pandémicas, cuando se agravan los efectos del cambio climático y de la degradación del medioambiente, cuando empeora la tragedia del hambre y de la sed, cuando domina un modelo económico más basado en el egoísmo que en el compartir solidario, como en el tiempo de los antiguos profetas, seguimos implorando justicia y paz. La Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) sigue implorando justicia y paz.

ITD quiere ser un artesanado de la paz que nos involucra comunitaria y personalmente. El trabajo decente es esencial para un nuevo pacto social, sin el cual todo proyecto de paz es insustancial.

En la actualidad, la situación del mundo del trabajo, en España, en Europa y en el mundo, se ha visto agravada por la guerra y por la pandemia. Como señalaba Raúl Flores, secretario técnico de la Fundación Foessa, en la sesión del 26 de mayo de este año del Seminario "El trabajo se transforma" de la Fundación Pablo VI, España vive una crisis de empleo, con una parcialidad indeseada, con demasiada temporalidad y una injustísima economía sumergida.

Raúl Flores subrayaba en el seminario que la crisis ha tenido mayor impacto en los empleos informales y en la actividad económica de los sectores más vulnerables. En España, la sobrecualificación de tantas personas dificulta aún más el acceso al trabajo de personas con menor cualificación. La robotización es una amenaza creciente a estos colectivos escasamente formados. La parcialidad es en muchos casos involuntaria y afecta especialmente a mujeres y jóvenes. Esta realidad es todavía mayor en empleos de baja cualificación y deriva en ingresos insuficientes que impiden salir de la pobreza. La inestabilidad laboral impide el desarrollo de los proyectos vitales de demasiadas personas.

Recordaba igualmente que durante lo más duro de la pandemia hubo un reconocimiento de profesiones esenciales: cajeras, personal de la limpieza, transportistas, personal de la hostelería, de la agricultura. Son profesiones con empleos muchas veces mal remunerados, con malas condiciones y poca valoración social. Necesitamos reconocer la utilidad social del empleo de las personas más pobres y excluidas. Son profesiones esenciales y son sectores de empleo, muchas veces, sobreexplotados económicamente.

Reivindicar el trabajo hacia el cuidado de las personas, del bien común y del planeta

En España necesitamos un mayor número de profesionales de cuidados por el envejecimiento de la población. Es necesario visibilizar la contribución de quienes trabajan sin tener un empleo. Mucha gente, especialmente mujeres, trabajan cuidando a familiares, limpiando, realizando un trabajo invisibilizado. La mujer sufre especialmente esa sombra de la falta de reconocimiento y muchas veces tiene que renunciar a su desarrollo profesional.

Como dice el papa Francisco el trabajo es la base sobre la cual se construyen en toda comunidad la justicia y la solidaridad. "Es más urgente que nunca que se promuevan en todo el mundo condiciones laborales decentes y dignas, orientadas al bien común y al cuidado de la creación. Es necesario asegurar y sostener la libertad de las iniciativas empresariales y, al mismo tiempo, impulsar una responsabilidad social renovada, para que el beneficio no sea el único principio rector" (Papa Francisco, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2022, n. 4).

Francisco afirma que hay que estimular, acoger y sostener las iniciativas que instan a las empresas al respeto de los derechos humanos fundamentales de las trabajadoras y los trabajadores. El Papa se pronuncia por sensibilizar en ese sentido no sólo a las instituciones, sino también a los consumidores, a la sociedad civil y a las realidades empresariales. "Estas últimas, cuanto más conscientes son de su función social, más se convierten en lugares en los que se ejercita la dignidad humana, participando así a su vez en la construcción de la paz. En este aspecto la política está llamada a desempeñar un rol activo, promoviendo un justo equilibrio entre la libertad económica y la justicia social" (Papa Francisco, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2022, n. 4).

En el mismo seminario "El trabajo se transforma", de la Fundación Pablo VI, José Manuel Aparicio, teólogo de la Universidad Pontificia de Comillas, reclamaba: un salario justo, unas condiciones que humanizan y dan prioridad a la persona sobre la labor que realiza y la participación de todo el personal de la empresa en los medios productivos. Esto distingue un trabajo precario de un trabajo digno.

Iglesia por el Trabajo Decente, en su manifiesto para este 7 de octubre, reivindica el trabajo como derecho y actividad para el cuidado de las personas, del bien común y del planeta. Necesitamos articular redes de solidaridad más ágiles y accesibles que permitan asegurar, frente al descarte y la exclusión, un mínimo imprescindible para la vida digna.

"Es un escándalo que dos personas trabajadoras mueran todos los días en nuestro país, como resultado de no garantizar la seguridad y salud en el trabajo. El trabajo no es para la muerte, sino para la vida y, por tanto, nos resulta inaplazable que este tema se incorpore a la agenda política, se atiendan las causas que provocan esta "tragedia tan extendida", en palabras del papa Francisco, y se busquen soluciones a este drama de tantas familias trabajadoras, que se puede evitar" (Manifiesto de Iglesia por el Trabajo Decente para este 7 de octubre de 2022).

Sin hombres y mujeres comprometidas, no será posible el trabajo decente. En Iglesia por el Trabajo Decente deseamos que esta toma de conciencia se vaya convirtiendo en compromiso diario por el trabajo decente.


Fco. Javier Alonso Rodríguez
Presidente CG Justicia y Paz