Nos sumamos al manifiesto: Frente a una economía de muerte, construyamos una economía samaritana
Desde las organizaciones de fe, movimientos sociales, colectivos de la sociedad civil, congregaciones religiosas, pueblos y comunidades, nos sumamos al llamamiento realizado por el Papa Francisco en el IV Encuentro con los Movimientos Populares: es hora de frenar la locomotora que nos está llevando al abismo.
Nos unimos al Papa Francisco en la urgencia de una transición post extractivista para que el paradigma del desarrollo deje de estar basado en la depredación de nuestros pueblos, comunidades y Casa Común.
Al cumplirse 1000 días del crimen de Brumadinho, en Minas Gerais, Brasil, denunciamos el espíritu de muerte de este modelo neoliberal basado en la codicia, la violencia y la crueldad que genera dolor y exclusión. En comunión con las comunidades y territorios afectados por la minería en América y compasivos con el grito de la Madre Tierra devastada y maltratada que gime y sufre dolores de parto (LS, 2), llamamos a comprometernos con una Economía Samaritana, que se distancie de la lógica extractivista.
El Papa Francisco en su mensaje a los Movimientos Sociales exclama: "Quiero pedirles en nombre de Dios a las grandes corporaciones extractivas -mineras, petroleras-, forestales, inmobiliarias, agro negocios, que dejen de destruir los bosques, humedales y montañas, dejen de contaminar los ríos y los mares, dejen de intoxicar los pueblos y los alimentos." De acuerdo con este llamamiento, asumimos el compromiso de impulsar una economía samaritana que actúe como instrumento de la acción misionera de la Iglesia y sea capaz de transformar el modelo económico caracterizado por la voracidad ciega de un tipo de explotación de minerales que no para de crecer y expandirse; que cuanto más extrae y más depreda, más necesidad tiene de seguir destruyendo la naturaleza.
La minería transnacional a gran escala que hoy se expande sobre la vasta geografía y sociobiodiversidad de Nuestra América, es una expresión contemporánea del colonialismo inherente al desarrollo del capitalismo como proyecto civilizatorio. Es en función de la centralidad de la valorización financiera que hoy en día se siguen destruyendo bienes vitales, como las fuentes de agua, la biodiversidad, el aire limpio, para extraer minerales cuyo valor se fija y se mide, no tanto por la utilidad de sus usos sociales, sino por su cotización mercantil. Por lo tanto, asumimos el compromiso profético de ayudar a transformar el modelo económico de desigualdades. Comprendemos que es urgente rehabilitar una sana política y actuación con el mercado financiero que tenga la dignidad humana al centro y que sobre ese pilar se construyan las estructuras sociales que promuevan la "preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior" (cf LS 10).
"No estamos condenados a repetir ni a construir un futuro basado en la exclusión y la desigualdad, el descarte o la indiferencia; donde la cultura del privilegio sea un poder invisible e insuprimible y la explotación y el abuso sea como un método habitual de sobrevivencia". El Obispo de Roma nos invita a participar y reconocer las alternativas cotidianas de hacer economía, que fomentan el "ser"comunidad para vivir en justicia y dignidad.
En "Querida Amazonía", el sumo pontífice denuncia los proyectos económicos de extracción y otras industrias que destruyen y contaminan (cf. QA 49). En el documento final del Sínodo para la Amazonía también se plantea la conversión ecológica desde el punto de vista económico. Por esta razón, la Desinversión en Minería surge como una acción de conversión luego de escuchar la vida y las reivindicaciones de los pueblos y la naturaleza. Desinvertir en Minería es un acto de coherencia ética al interior de la iglesia y sus instituciones. Nos ayuda a no ser cómplices de la destrucción de la Casa Común y estar al lado de muchas comunidades que sufren los impactos del extractivismo.
Por ello, asumimos y nos sumamos a la Campaña de Desinversión en Minería, promovida por la Red Iglesias y Minería, conscientes de que es una respuesta efectiva para enfrentar al sistema.
la incorporación de los excluidos en la construcción del destino común»" (FT 169).
MANIFIESTO completo AQUÍ
Para las organizaciones que deseen firmar el manifiesto, dirijan su solicitud aquí.