Opre Rroma! - ¡Arriba, pueblo gitano!

08.04.2022

Al escribir sobre el Pueblo Gitano, algo en mi interior se remueve y produce en lo más profundo de mi alma una agridulce sensación. Me vienen a los sentidos los olores de las cocinas de mis tías, el calor en las palmas de mis manos después de una larga Nochebuena, los sabores de los potajes de mi madre, las notas del flamenco y las carcajadas de la tradición que siempre me ha acompañado y bendecido. Del mismo modo, una historia de identidad errante y continua discriminación persigue mis sueños y esperanzas.

Se podría decir que somos un Pueblo simple, sencillo, que priorizamos las cosas pequeñas de la vida, aquellas que, al mismo tiempo, resultan de las más importantes y salvadoras. Un Pueblo en camino, sin patria, en continua búsqueda y transformación. Y sí, hablo de Pueblo, no de comunidad o de colectivo como sigo leyendo horrorizado en algunos escritos de antropología blanca. Creo que colectivo sería el de las panaderas o el de las escritoras; comunidad bien podría referirse a la de unas vecinas o a la de un barrio, pero Pueblo lleva consigo el entendernos y el identificarnos como familia colectiva y diversa, que camina por la historia compartiendo valores, esperanzas y mucha... demasiada lucha.


Es verdad que no tenemos patria, pero al mismo tiempo nuestra vocación es del todo universal;

no tenemos religión común, aunque nuestros orígenes orientales nos llevan de manera natural a conectar cada segundo de nuestras vidas con lo Sagrado. El Misterio nos acompaña como cristianas, musulmanas, judías, hindúes o bahaís y nos invita a conectar cada aliento de nuestra existencia con la Madre naturaleza y a practicar la comunión con personas y culturas de todo el mundo.

Desde 1971, el 8 de abril nos congrega internacionalmente para recordar la historia de superación del Pueblo Romaní, celebrar la vida, honrar a nuestros ancestros y para seguir insistiendo en el valor de nuestra cultura y tradiciones, así como en la necesidad de no repetición de situaciones de discriminación y racismo que, desgraciadamente, aún seguimos padeciendo.

Nuestra bandera: verde campo libre, azul cielo protector y rojo rueda del Dharma, susurra el Gelem Gelem, himno internacional gitano que llora las atrocidades cometidas por el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial..." Ay Romà, ¿de dónde venís con las tiendas y los niños hambrientos...Abre Dios las negras puertas, que pueda ver dónde está mi gente. Volveré a recorrer los caminos, y caminaré con afortunados calós"... En todos los países del mundo, el 8 de abril reúne a mujeres gitanas que lanzan pétalos de rosas a los ríos, mientras que los hombres ofrecemos velas en recuerdo de nuestros antepasados y de la eterna diáspora gitana.

La nuestra es una experiencia de lucha constante contra el racismo estructural (antigitanismo), los discursos de odio, la blanquitud de la cultura, la escuela o la ley y la institucionalizada vulneración de los derechos más fundamentales. Sin ir más lejos, en el Estado español llevamos más de seis siglos entre la sociedad mayoritaria y todavía se nos percibe como una amenaza, se nos relega a barrios gueto y se nos impide el ejercicio de derechos básicos como el de la educación, la vivienda o el trato en equidad.

Pocas personas saben de la limpieza étnica en los campos de concentración nazi contra la población Rroma. Más de 500.000 gitanas y gitanos fueron exterminados en campos como el de Auschwitz - Birkenau, aunque el genocidio gitano, el Samudaripen, se inició mucho antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Las familias fueron separadas, las esterilizaron, los bienes les fueron expropiados, se les destinó al trabajo esclavo, se les usó de cobayas médicas, unidades del ejército alemán las iban fusilando en su avance y fueron enviadas a los campos de exterminio.

Al asociacionismo gitano nos hace falta más valentía y un esfuerzo grande por actualizarnos

Por supuesto, en todos los países de Europa Central y Occidental el antigitanismo tiene una larga historia que se ha ido plasmando en las leyes y en el imaginario colectivo. En el Estado español, en concreto, son más de 230 leyes antigitanas las que lo han sustentado y todavía resulta subversiva la idea de plantear un gran pacto de Estado contra el antigitanismo ya que en este país se ha confundido el aceptar el flamenco y a las familias de artistas como referentes de la cultura española, con la incorporación real de los valores, la cultura y la identidad del Pueblo gitano calé al imaginario colectivo y estructural de nuestra sociedad, por no hablar de garantizar el desarrollo de nuestros plenos derechos y deberes. En la actualidad, según los más recientes estudios de la Agencia Europea de Derechos Fundamentales (FRA, por sus siglas en inglés), el racismo antigitano - el antigitanismo - es la forma de racismo más prevalente en todos los Estados miembro de la Unión Europea y el más aceptado socialmente.

Hay que decir también que, aun siendo muchísimas las asociaciones, federaciones y entidades culturales gitanas que trabajan incansablemente por todo el territorio, muchas de ellas no dejan de ser más una voluntad que no un trabajo del todo bien desarrollado. Al asociacionismo gitano nos hace falta más valentía y un esfuerzo grande por actualizarnos, dar paso a las nuevas generaciones y en especial escuchar la dirección de mirada del feminismo gitano que viene pisando fuerte, y que es sin duda la gran esperanza de nuestro Pueblo.

Con todo, hemos llegado incluso a tener representación en las Cortes con dos diputadas y un diputado en el Congreso, de diferentes colores políticos y de diferentes orígenes culturales - Aragón, Andalucía y Catalunya -. De todas ellas y de todas aquellas personas gitanas que hemos podido desarrollarnos a nivel profesional de forma "normalizada", lo que espera nuestro Pueblo es que no caigamos en la tentación de olvidarnos de lo que somos, de dónde venimos y para quiénes estamos trabajando. No sería de recibo caer en la generación de una "élite gitana apayada", aburguesada y acomodada, que trabaje más por sus intereses particulares que por el interés colectivo de un futuro mejor para todo el Pueblo gitano.

Como decimos en nuestro idioma, Sastipen Thaj Mestipen - Salud y Libertad - para todas las gitanas y gitanos del mundo, pero también para todos los pueblos de la Tierra que trabajan por hacer de este mundo la Casa Común para todas.

Miquel Torres
Director de Justicia i Pau Barcelona