Pacto País para la Adaptación al Cambio Climático

22.04.2023

En el Día Internacional de la Madre Tierra, la Comisión General de Justicia y Paz pide a todas las personas y entidades que consideren su adhesión y participación activa en este Pacto. Esto supone un compromiso concreto para "Cuidar a nuestra Madre Tierra" e invertir en su futuro.

Los impactos del cambio climático se están sintiendo cada vez con más frecuencia e intensidad, afectando a nuestras vidas y a nuestra economía, a nuestro presente y a nuestro futuro.

  • Las sucesivas olas de calor sufridas durante el pasado verano, cuyas temperaturas han superado todos los registros históricos, han tenido muy serias consecuencias en nuestro país. No sólo para las personas, que han visto afectados gravemente su bienestar, su salud y su vida, con 4.700 muertes, tres veces más que la media de los últimos 5 años. También las cosechas han disminuido y los ecosistemas naturales han sufrido el calor y la sequía extrema. Más de 50 grandes incendios forestales han calcinado 250.000 hectáreas.
  • La cuenca mediterránea, que sufre un calentamiento 20% superior a la media global, y la península ibérica son especialmente vulnerables. El cambio climático se está convirtiendo en un grave problema de seguridad que requiere ser afrontado. En primer lugar, reduciendo las emisiones y acelerando la descarbonización, con ahorro y eficiencia energética y con energías renovables y autoconsumo; porque cuanta mayor sea la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, más intenso será el calentamiento global y peores sus consecuencias. Pero también con medidas de adaptación para prevenir los riesgos y mitigar los impactos de sus efectos.
  • El cambio climático ya está aquí. Tenemos todavía, sin embargo, margen de maniobra. Podemos aminorar su intensidad y evitar un cambio climático catastrófico: pero, dado que la concentración en la atmósfera de CO2 supera ya las 420 partes por millón, en las próximas décadas sufriremos episodios climáticos más extremos, con olas de calor o de frío y temporales severos, impactos en el litoral, inundaciones, sequías y una reducción creciente de los recursos hídricos en un proceso de desertización alarmante. Debemos adoptar ya medidas de adaptación para reducir los daños a la salud y al bienestar, a las infraestructuras, a la seguridad alimentaria, a la economía y al empleo. También para proteger los ecosistemas, cuyo deterioro multiplica los daños y cuya conservación favorece la resiliencia.
  • Por ello, los instrumentos multilaterales internacionales, desde la Organización Mundial de la Salud al Convenio Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, instan a los países a adoptar medidas de adaptación. El Convenio establece que todas las partes deberán formular, aplicar, publicar y actualizar regularmente programas nacionales con medidas para facilitar la adaptación adecuada al cambio climático. España, cumpliendo sus obligaciones, ha venido adoptando distintos planes, el último es el Plan Nacional 2021-2030. Pero sus programas son escasamente conocidos más allá de los ámbitos más especializados, y la sociedad se encuentra insuficientemente involucrada en su desarrollo. Además, tras la aceleración de los fenómenos atmosféricos extremos, el propio Plan debería tener un seguimiento participativo y ejecutarse con más ambición y celeridad.
  • Sin embargo, tras este verano, la ciudadanía ha percibido la vulnerabilidad de nuestra vida cotidiana y de nuestra economía frente a las olas de calor y demás eventos climáticos extremos. Cada día más sectores de la sociedad son conscientes de los impactos reales y potenciales del cambio climático y de sus efectos críticos en ámbitos como la salud, la infancia, los sistemas agroalimentarios o el empleo. También cada vez más amplios sectores ciudadanos coinciden en la necesidad de adoptar medidas de adaptación que protejan a la población más vulnerable en un proceso de transición justa, configurando una ciudadanía responsable y resiliente ante los efectos del cambio climático.
  • Las personas y entidades que rubricamos este Manifiesto tenemos la convicción de que necesitamos un amplio Acuerdo País para la Adaptación a los fenómenos atmosféricos extremos y demás impactos del cambio climático, que aúne los talentos, recursos y las voluntades de nuestra sociedad con la finalidad de construir un país más seguro, saludable y resiliente para el presente y para el futuro. Un gran acuerdo que involucre al sector público y al sector privado e incluya a entidades sociales, agentes económicos y actores políticos.
  • Un amplio acuerdo social intergeneracional e inclusivo en el que converjan todo tipo de asociaciones y entidades ciudadanas: urbanas y rurales; empresariales, organizaciones profesionales, sindicales y sociales; agrarias, industriales, de turismo y de servicios; financieras y de seguros; científicas, académicas y educativas; de salud y ambientales; de cooperación y de integración social; culturales y religiosas; de mujeres; de infancia, de jóvenes y de mayores… Pero también un acuerdo político en el que encuentren un compromiso común todas las formaciones políticas que consideran la conveniencia de adaptarse de alguna manera para evitar los daños, minimizar los impactos del cambio climático, fortalecer la resiliencia y promover las oportunidades de una agenda de adaptación en beneficio de toda la sociedad.
  • Llamamos a todas las instituciones y administraciones públicas de todos los niveles a que, buscando los más amplios consensos, desarrollen o actualicen planes de adaptación en los ámbitos y territorios de su competencia, en conexión con todos los sectores económicos y sociales, que atiendan sus propuestas y demandas y que desarrollen urgentes políticas para implementarlos, aportando los recursos económicos necesarios para acelerar el proceso.
  • Las personas y entidades que suscribimos este manifiesto adquirimos también un compromiso público de emprender actuaciones en materia de adaptación y seguimiento de sus resultados.
  • El tiempo apremia. Es la hora de un esfuerzo común para defender nuestro patrimonio compartido y asegurar el presente y el futuro de nuestro país.