Semana de Armonía Interconfesional 2023

01.02.2023

En 2010, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó una resolución propuesta por el rey Abdullah de Jordania por la que se establecía la primera semana de febrero de cada año como Semana Mundial de la Armonía Interconfesional, que se celebraría con iniciativas significativos para promover la armonía entre las religiones del mundo. El Congreso Africano Unido (CAU) y la Fundación Give Them a Hand (GTAH) respondieron al llamamiento en 2012 reuniendo a líderes religiosos de las tradiciones cristianas, musulmanas, judías, hindúes y budistas en un diálogo interreligioso en la ONU en busca de puntos en común para lograr la armonía entre las religiones y promover una cultura de paz. Todos los años se han organizado actos conmemorativos sobre temas afines, que han incluido otras tradiciones religiosas.

Desde 2021 se celebra el Día Internacional de la Fraternidad Humana en el contexto de esta Semana, lo que brinda la oportunidad de poner de relieve los principios y valores incluidos en el "Documento sobre la Fraternidad Humana para la Paz Mundial y la Convivencia", firmado por el papa Francisco y el gran imán de al-Azhar, Ahmed el-Tayeb en Abu Dabi, el 4 de febrero de 2019.


En 2023:

Construir puentes más allá de las fronteras: Armonía en un mundo en crisis

Trabajar conjuntamente para lograr la paz, la igualdad de género, la salud mental y el bienestar así como la preservación del medioambiente

En un mundo asediado por multitud de retos de enormes proporciones, nunca ha sido mayor la necesidad de solidaridad y cooperación mundial para afrontar conjuntamente estos desafíos. A medida que salimos lenta y cautelosamente de una pesadilla de tres años causada por la peor pandemia mundial en un siglo, hemos tomado mayor conciencia de que es un problema global. La amenaza de esta pandemia, que ya se ha cobrado cerca de 7 millones de vidas en todo el mundo, persiste, ya que siguen apareciendo variantes y la recuperación continúa. Las consecuencias mentales y físicas a largo plazo de la pandemia son notablemente amplias, pero aún no se comprenden del todo ni se evalúan adecuadamente.

Según el Banco Mundial, la pobreza extrema habrá afectado en 2022 a 685 millones de personas, el 8,5% de la población mundial. En el Cuerno de África, la sequía prolongada contribuye a la desnutrición aguda de 5,7 millones de menores. Incidencias destructivas cada vez mayores de inundaciones épicas, terremotos, incendios forestales y huracanes son algunos de los factores de estrés agudos, todos interrelacionados, que afectan a nuestro planeta dañado ecológicamente.

Una futura pandemia es casi segura, y es probable que los fenómenos naturales devastadores continúen y agraven la pobreza, repercutiendo negativamente en la salud y el bienestar de los pueblos de todo el mundo y acentuando las desigualdades ya existentes, a menos que el cambio climático y otros factores de estrés se aborden con la urgencia que estos problemas merecen. Sobre los aspectos citados se centrará el diálogo de este año.

El mantra de la Semana Mundial de Armonía Interconfesional, "Amar al bien, amar al prójimo", no es sólo un eslogan, sino un ruego y un imperativo existencial para garantizar nuestra supervivencia como especie. Los líderes religiosos desempeñan un papel fundamental a la hora de compartir este mensaje y ofrecer esperanza. Las enseñanzas de diversas religiones y la creencia colectiva en la bondad esencial de la persona nos exhortan a cuidar de las demás y a custodiar nuestro planeta. Como dijo elocuentemente el difunto arzobispo Desmond Tutu: "Cada uno de nosotros está hecho para la bondad, el amor y la compasión. Nuestras vidas se transforman tanto como el mundo cuando vivimos con estas verdades".