Torre Pacheco, plantar cara al fascismo

21.07.2025

Se llama Domingo. Tiene 68 años, y el 9 de julio fue atacado y golpeado por varios jóvenes mientras paseaba en Torre Pacheco, Murcia. El móvil del ataque no fue el robo.

La policía ha detenido a tres sospechosos del ataque. Ninguno de ellos era vecino de Torre Pacheco. ¿Qué hacían allí y por qué atacaron a Domingo? Las autoridades no descartan que el ataque forme parte de un reto viral que promueve la violencia contra personas vulnerables.

Torre Pacheco cuenta con más de 40.000 habitantes. Alrededor del 30% son inmigrantes, la mayoría de origen marroquí, que trabajan en la agricultura intensiva, un pilar económico de la zona. Trabajan en condiciones de sobreexplotación. Muchos viven allí desde hace 10 o 15 años, pero siguen "sin papeles", gracias a una Ley de Extranjería discriminatoria y excesivamente burocratizada. En lo que llevamos de 2025, han sido denunciados 14 patrones o capataces por 32 casos de explotación sexual y 5 de explotación laboral.
El día siguiente a la agresión, el Ayuntamiento convocó una manifestación para repudiar el ataque. Y se hicieron presentes decenas de hombres corpulentos, en su mayoría llegados de fuera de Torre Pacheco, vestidos de negro y algunos encapuchados, armados con puños americanos, porras extensibles, machetes y bates de metal. Gritaban "España es nuestra, y de nadie más", ¡Arriba España!", "viva Franco", "moros de mierda", "iros a vuestro puto país"... 

Y entonces llegaron los enfrentamientos con jóvenes magrebíes, las palizas, las pedradas, las persecuciones, el vandalismo… que se prolongaron varios días.

La policía confirmó que detrás de los disturbios había grupos organizados y que se interceptaron más de 20 vehículos con objetos peligrosos intentando acceder a la localidad.

Los grupos de extrema derecha habían lanzado proclamas xenófobas y difundido vídeos falsos acusando de la agresión a jóvenes magrebíes y convocando abiertamente "a todas las organizaciones anti-inmigración estatales" a una "cacería" (sic) de inmigrantes. Lo hicieron sin careta y con total impunidad desde las redes sociales y medios de comunicación que se suman a la campaña de criminalización de la inmigración. Ahí estaban grupos como Núcleo Nacional, Frente Obrero, Deport Them Now, Desokupa o el partido político Vox, tercera fuerza parlamentaria, que llevaba meses acusando a "bandas de magrebíes" de sembrar el pánico en la localidad y reclamando deportaciones masivas. Muchos de sus dirigentes (Vito Quiles, Daniel Esteve, Bertrand Ndongo, Roberto Vaquero, Luis Pérez Fernández Alvise, Pablo González Gasca, José Ángel Antelo…) han sido enjuiciados por extorsión, pertenencia a grupo criminal o delitos de incitación al odio.

El Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia ha informado de que en el mes de junio detectó más de 54.000 contenidos racistas en las redes sociales (Tik Tok, Facebook, Instagram, X/Twitter y YouTube), y precisa que el discurso de odio en redes se "ha vuelto más agresivo y sofisticado en su forma de difusión" en los últimos meses.

Son ellos los que señalan a las personas inmigrantes como responsables de la delincuencia, cuando las estadísticas indican que el 73% de los delitos en España son cometidos por personas de nacionalidad española.

Las personas migrantes aportan a nuestra economía y a la suya. El sector agrícola en España depende cada vez más de la mano de obra extranjera, que ya representa el 26,6% de personas afiliadas al Sistema Especial Agrario, en su mayoría marroquíes, seguidos de rumanas y senegalesas. Sin los grupos extranjeros, no habría cosechas en Huelva, Lleida, Murcia, Girona… Sin embargo, ganan en promedio un 29% menos que las trabajadoras españolas, porque tienen más dificultades para acceder a puestos de trabajo mejor remunerados.

El fiscal contra delitos de odio asegura que los "llamamientos a la cacería de inmigrantes" son "claramente constitutivos de infracción penal". Los delitos de odio se refieren al rechazo a determinadas personas por motivos como racismo, xenofobia, discapacidad, etc. 

No deja de sorprender cierta permisividad de la Policía Nacional y la Guardia Civil con estas hordas fascistas, muy distinta a la que manifiestan cuando se trata de reprimir a manifestantes que demandan avances sociales y democráticos. Al final han sido detenidas solamente 13 personas, en su mayoría por delitos de odio, agresiones y desórdenes públicos. Y la Fiscalía General del Estado ha planteado una denuncia contra 19 personas y organizaciones, muchas relacionadas con Vox.

Hechos como el de Torre Pacheco tienen mucho que ver con una política migratoria que deja morir a los seres humanos en el mar, que paga a otros países para que hagan el trabajo sucio, que masacra en Melilla a decenas de migrantes… Todo ello es una afirmación de que algunas vidas no importan, de que algunas personas son desechables. Y son hechos que trascienden el ámbito local y ponen de manifiesto los peligros de los discursos de odio, los bulos virales y la instrumentalización del miedo, así como su inserción en la línea política de la extrema derecha europea. Puede ser útil recordar las actividades similares ocurridas hace un año en el Reino Unido.

En los años 30 y 40, un régimen supremacista europeo con una obsesión racial parecida llevó a la humanidad al abismo. Y en los 50, el fanatismo ideológico condujo en Estados Unidos a vergonzosos procesos de caza de brujas y de conculcación de las libertades fundamentales (macartismo).

Los medios han hablado de "altercados", "disturbios", "tensiones", "escalada de violencia"... Nadie se atreve, al parecer, a hablar de un terrorismo supremacista que alimenta las políticas migratorias racistas y criminaliza a las poblaciones migrantes, esgrimiendo los "valores" de la nación, el idioma, la etnia y la religión. Es el mismo supremacismo blanco/occidental que ha servido durante siglos para negar derechos a las personas diferentes.

No puede ser democrático normalizar la presencia en las instituciones de personas y organizaciones políticas radicalizadas, xenófobas y racistas, que incitan continuamente al odio contra quienes vienen huyendo de la muerte y la miseria y buscando, simplemente, la vida.

Más de mil organizaciones sociales, de migrantes, antirracistas, antifascistas, internacionalistas, vecinales, sindicales, ecologistas, feministas, culturales y de derechos humanos han lanzado un manifiesto para mostrar su rechazo a la ola de violencia racista en Torre Pacheco y exigir castigo para los discursos de odio que las incentivan. Denuncian la deriva ascendente de agresiones racistas y xenófobas "alimentada por discursos de odio y bulos que fracturan el orden social" y exigen a las autoridades apoyar iniciativas y proyectos de sensibilización contra el racismo y la xenofobia.

Una buena señal y un buen indicador…

Waldo G. Fernandez, colaborador