Promover políticas hacia la justicia social y la paz

06.11.2023

Nos enfrentamos a una política cada vez más populista y a un autoritarismo creciente. Sufrimos una avalancha de desinformación en línea y fuera de ella, y una alarmante propagación de los conflictos y la violencia. Todos estos factores impiden nuestro avance hacia un mundo más libre y justo. Por eso, la Comisión General de Justicia y Paz abordó en su Jornada de 2023 la ética en la acción política desde la reflexión y el debate, invitando a representantes de la esfera política y de la sociedad civil. Convocó a unas cincuenta personas de las comisiones diocesanas de Justicia y Paz y de la Iglesia, reunidas en Murcia tanto en el Instituto Teológico como en los salones de la parroquia de San Miguel, del 3 al 5 de noviembre.


En la mesa de apertura, tras la acogida y agradecimientos del presidente de Justicia y Paz de Murcia, Joaquín Lara, el obispo José Manuel Lorca aludió a la situación compleja que vivimos, a la que hay que buscar respuesta desde la centralidad de la persona. El presidente de la Comisión General, Javier Alonso, indicó que el afecto es fundamental para la ética en política. Compartió el saludo de Marek Misak, de Justicia y Paz Europa, quien previno sobre las fuerzas polarizadoras y afirmó que cada persona puede contribuir en derecho y diálogo porque encierra una promesa. Por último intervino el obispo acompañante de Justicia y Paz, Javier Vilanova, y señaló que la implicación nos deja un vacío si dejamos de beber de la Fuente.


La primera mesa sobre la ética en la acción política que presentó Bernardo Pérez, de Justicia y Paz Murcia, planteó que la política precisa de la ética para ser más que un mero conflicto de intereses. En su ponencia Carlos García de Andoin expuso que las democracias mueren, o están en riesgo. Puso en común algunos riesgos que experimentamos como la insatisfacción de la ciudadanía con los partidos políticos, el desprecio, la ira, la ansiedad frente a la incertidumbre, la proliferación de movimientos anti-sistema, la corrupción, el aumento de la desigualdad, el rechazo a las personas migrantes, entre otros. Desarrolló que la relación entre la moral y la democracia no debe ser desde el "iusnaturalismo o ley natural", sino desde la convención o marco común que se alcanza con la deliberación y el acuerdo desde diferentes cosmovisiones. Planteó que la misión de la comunidad católica no consiste en involucrarse en una batalla cultural, ni defender una visión penalista de la vida, paternalista con la pobreza y complaciente con la fractura económica; al contrario es preciso crear espacios de diálogo y de encuentro a partir de opciones diferentes. La prioridad es la amistad social y fomentar su vínculo como papel de la comunidad, de experiencia de identidad compartida y testimonio en la diversidad. Necesitamos representantes políticos a quienes les duela el pueblo. No hay atajos para el camino de participación democrático. El populismo o el referendismo son atajos frente a la deliberación, debate o dificultad para llegar a acuerdos. También el tecnicismo es un riesgo. Precisamos una democracia con mayor participación y deliberación. A mejor sociedad civil, mejor democracia. Propuso como epílogo desmoralizar la política con el fin de evitar marcar como "buenas o malas" las opciones y distinguir lo oportuno, discutible o deseable, evitando moralizar las posiciones distintas.


El sábado se abordó la justicia ecológica y los derechos de la naturaleza. Teresa Vicente compartió su experiencia desde el activismo por el Mar Menor. Sostuvo que hablar de derechos humanos sin derechos de la naturaleza es algo antiguo y ajeno a la realidad. Es necesaria la alfabetización ecológica (Leonardo Boff). Aportó datos significativos como que en 2023 hay 50 millones de personas esclavas vinculadas a las políticas de minería extractivista. El Mar Menor tenía todas las protecciones legales posibles de los espacios naturales, pero no le sirvió para sobrevivir. Ante el riesgo de muerte del Mar Menor y por la movilización social, 640.000 personas firmaron la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) y consiguieron la Ley 19/2022, de 30 de septiembre, La Ley supone el reconocimiento de personalidad jurídica a la laguna del Mar Menor y su cuenca, pasando de ser objeto a sujeto de derechos. Ha sido un movimiento social que viene de abajo y se hace fuerte. La iniciativa legal está influyendo en la legislación europea. Europa ha llegado con el paradigma científico a una concepción ecológica, que nos acerca a la convicción de lo sagrado de la naturaleza que tienen los pueblos originarios, precedentes en esta concepción. Se nos presenta un reto en la "Asamblea de la Tierra" (A/RES/77/169) que se celebrará el 22-4-2024. El logro del Mar Menor nos une al camino de los pueblos originarios en todos los continentes.


En la mesa redonda sobre el compromiso ciudadano en la política, distintas voces de Murcia ofrecieron su visión. Noelia Sánchez, de Cáritas, instó a lo que el papa Francisco invita: al encuentro, entender la necesidad de las otras personas y al análisis de la respuesta ofrecida para dar luz, esperanza y encontrar camino, pero también añadió la necesaria constancia. Martín Cuenca, de CONFER, apuntó la necesidad de un mayor compromiso político. La propuesta de Fernando Bermúdez, de Justicia y Paz, fue iniciar una campaña mundial con el objetivo de refundar la ONU. Y Teresa Vicente compartió su reflexión sobre el éxito de la ILP del Mar Menor: fue capaz de superar la ideología o quizás el partidismo, porque también en el diálogo se indicó que la ideología nos mueve.


Tica Font, del Centre Delàs, nos habló del compromiso ciudadano contra las armas nucleares, a través de la Campaña ICAN y el Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN), que desde el 22-1-2021 hace ilegal este armamento, tras conseguir que 50 Estados ratificaran el TPAN.  No obstante, ni EEUU ni Europa, incluída España, lo han firmado. Analizó la contradicción entre la inversión para salvar el planeta por el cambio climático y la inversión en armas destructivas del planeta.  Hoy hay un incremento de financiación para la actualización de armamento que persigue una disuasión creíble. Acabó explicando la diferencia entre armas automáticas y autónomas incidiendo en la importancia de que toda arma con capacidad de matar tenga un control humano. Este es el objetivo de la Campaña Stop Killer Robots. Un camino a recorrer en esperanza, fue la conclusión final de Eudald Vendrell, vicepresidente de la Comisión General.


La conclusiones impulsan nuestro compromiso en la incidencia política. No podemos desfallecer en la promoción de los cambios oportunos para que los órganos de representación política trabajen por el interés de las personas más vulnerables y explotadas. Asimismo debemos incrementar los esfuerzos en el logro de una gestión adecuada para la preservación de la naturaleza. Hay que optar sin contradicciones por la construcción de paz. Con el papa Francisco, agradecemos el espíritu y trabajo de tantas organizaciones que "ayudan a paliar las debilidades de la Comunidad internacional, su falta de coordinación en situaciones complejas, su falta de atención frente a derechos humanos fundamentales y a situaciones muy críticas de algunos grupos. Así adquiere una expresión concreta el principio de subsidiariedad, que garantiza la participación y la acción de las comunidades y organizaciones de menor rango, las que complementan la acción del Estado. Muchas veces desarrollan esfuerzos admirables pensando en el bien común y algunos de sus miembros llegan a realizar gestos verdaderamente heroicos que muestran de cuánta belleza todavía es capaz nuestra humanidad" (FT, 175).

Comisión General Justicia y Paz